Además, el juego es un gran medio para conocer mejor a nuestros hijos. A través de él, podemos saber cómo reaccionan ante diversas situaciones, así pues, saber cómo actúan, saber si tienen o no paciencia para esperar turnos, cómo se comportan ante un rival, etc. Todas estas observaciones nos serán muy útiles y de gran ayuda en el día a día de nuestros hijos.
A través de él también nos comunicamos, expresando nuestras ideas, preferencias y de esta forma contribuimos a establecer un vínculo más estrecho con nuestros hijos.
Es buena idea, con la llegada de las vacaciones buscar cómo entretenerlos, pero de forma relajada. Por ejemplo, los juegos simbólicos como jugar a mamás y papás, hablar por teléfono de juguete, cocinar en la cocina de juguete, meter en la cuna al bebé, bañarle y cambiarle los pañales,… son juegos simbólicos propios de la infancia y muy enriquecedores para el desarrollo y la imaginación de los más pequeños.
No podemos olvidar que lo mejor de las vacaciones es que disponemos de tiempo para dedicárselo a nuestros hijos, estrechar vínculos afectivos, conocerlos un poquito más y divertirnos con ellos.
Gracias por confiar en La Nina y en pasito a pasito
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